Policiales

De campeón a femicida: se cumplieron 35 años del femicidio que cometió Carlos Monzón

El 14 de febrero se cumplieron 35 años del día en que Carlos Monzón protagonizó uno de los hechos más recordados de la historia criminal argentina

  • 16/02/2023 • 07:40

Este martes 14 de febrero se cumplen 35 años del día en que el boxeador Carlos Monzón protagonizó uno de los hechos más recordados y mediáticos de la historia criminal argentina, el femicidio de Alicia Muñiz.

Esa noche, la pareja había vuelto a su casa, en el barrio La Florida, después de una salida. Discutieron y pelearon. Monzón tomó a Muñiz por el cuello hasta que ella perdió el conocimiento. Como una manera de intentar zafar o de encontrar una coartada, el púgil tiró el cuerpo de la modelo por el balcón de su dormitorio. Luego se tiró él. La foto de Alicia semidesnuda, muerta, con la cabeza rota fue la tapa de ese verano de 1988 en los medios del país.

Un año después, el 14 veces campeón del mundo fue encontrado culpable y recibió una condena de sólo once años. Nunca llegó a cumplirla. El 8 de enero de 1995, Monzón, a los 52 años, murió en un accidente de tránsito cuando transitaba la ruta 1 en Santa Fe. Volvía a la cárcel luego de una de sus salidas transitorias por trabajo, en el tramo final de su condena.

El asesinato de Muñiz -en esa época la palabra femicidio no estaba en boca de nadie- presentó testimonios contradictorios de dos personas que estaban en las antípodas de la sociedad. Por un lado, el acusado de homicidio, Carlos Monzón, retirado campeón del mundo de boxeo y una de las figuras internacionales más conocidas de la Argentina. Y, por el otro, Rafael Crisanto Báez (conocido como el cartonero), un inesperado testigo que por azar esa madrugada del 14 de febrero estaba en las inmediaciones de los acontecimientos, tirando de su carro para recolectar la basura de los vecinos del barrio La Florida para poder venderla.

“¡Yo vi cómo Monzón asesinaba a Alicia Muñiz!”, afirmó Baéz públicamente.

EL JUICIO

Monzón, en el juicio, admitió haber golpeado a varias de las mujeres que lo acompañaron sentimentalmente, entre ellas a Alicia. Sobre el destino de su esposa, dijo que esa noche la agarró del cuello, pero que no quiso matarla. La explicación que dio de los hechos nunca fue precisa. Dijo que no tenía recuerdos claros de lo que había pasado, una nebulosa en su mente.

El excampeón relató que ella salió corriendo por el balcón y se tiró de cabeza. Agregó que él quiso agarrarla y se tiró para intentar salvarle la vida. Dijo que en el piso la vio sangrando y que por eso gritó para llamar a una ambulancia. La versión no fue del todo creíble.

La Justicia condenó a Monzón. La sociedad también. Esas semanas, cuando era trasladado a la comisaría, hospital o tribunales, se pudieron ver grupos de mujeres que golpeaban el patrullero al grito de “asesino”. El boxeador había vivido sus años de gloria bajo el clamor popular; en declaraciones, días después de los primeros insultos, confesó en una entrevista que le dolió que le gritaran asesino.

Monzón, en una nota que dio a una revista italiana en la cárcel, dijo que los medios argentinos lo maltrataban. La fama de campeón imbatible, de boxeador, de galán y de haber golpeado a otras mujeres hizo un eco imposible de silenciar en los medios, que acompañaron su final.